A través de la memoria de sus amigos y colaboradores, Diego Scott, productor y testigo privilegiado, reconstruye la vida de Fernando Peña y sus entrañables e inolvidables criaturas. Nos propone recordar a un tipo con una capacidad de observación descomunal que le permitió desarrollar su inmenso talento. Los excesos, la generosidad, la droga, el sexo y la inteligencia fueron solo la punta del iceberg de una personalidad absolutamente sensible que cambió y rompió con todos los formatos de la radio, el teatro y la televisión de la mano de La Mega, Palito, Roberto Flores, Sabino, Dick Alfredo, Milagritos y Martín Revoira Lynch.
Como dice Sebastián Wainraich en el prólogo, este libro permite "visitar a Fernando Peña. Sentirlo vivo de nuevo. Traerlo un rato de la muerte para recordarnos que Fernando fue real y que todo lo que pasó y nos pasó con él fue de verdad".
Lleno de nostalgia, el libro pone en primer plano nuevamente la voz de Peña y la intimidad de sus últimos días por esta vida que no le resultó fácil: "La gente gay tiene que actuar mucho. Es muy difícil: tu madre te rechaza, tu padre te hace problema, la sociedad, los amigos... entonces tenés que actuar de varias cosas".
Diego Scott nació en Buenos Aires en 1975. Es productor, conductor de radio y comediante. En televisión participó en los programas Duro de domar y Periodismo para todos (El trece TV), Un mundo perfecto (América TV) y Cada noche (Televisión Pública). A los veinte años comenzó en radio como productor y a partir de 2006 condujo sus propios programas en Metro, Blue, Radio Nacional y Rock & Pop. Produjo más de veinte obras de teatro, que estuvieron en cartel en Buenos Aires y Mar del Plata e hicieron giras nacionales. Desde 2008 integra el grupo de comedia que presentó Cachivache, Canchero, Pucha y Mucho en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza. Publicó Dr. Felipe. Especialista en cosas (Ediciones B, 2010). Desde 1999 y hasta la muerte de Fernando Peña , trabajó como su productor y coconductor.