La fuerza de aquellos ojos la golpeó como una ráfaga de viento, pero Frankie Moorehouse enseguida se recordó que tenÃa que preparar la cena y seguir dirigiendo su pensión. No podÃa permitirse el lujo de quedarse mirando a un desconocido.
Y resultó que aquel desconocido, Nate Walker era el chef que tanto necesitaba para su restaurante... asà que se quedarÃa a pasar el verano.
Resultaba muy tentador dejarse llevar por aquella ráfaga de aire fresco...