Todos los niÃąos, menos uno, crecenÂģ. Asà comienza la historia de ese jovencito que se resiste con vehemencia a convertirse en adulto, ese atribulado y domesticado engranaje necesario para el sistema social. El PaÃs de Nunca JamÃĄs es su hogar, su resistencia; allà es un pequeÃąo caballero, valeroso guerrero espadachÃn. Alicia lo saluda desde el PaÃs de las Maravillas, seguro. Pinocho, desde ÂĢla eternidad pueril de la madera encantadaÂģ, como dice Juan Villoro, tal vez lo entiende; Dorothy, desde la Tierra de Oz, lo admira, y hasta quizÃĄ sienta envidia, pues, a diferencia de Peter, algÃēn dÃa todos ellos crecerÃĄn. Pero solo ese niÃąo conoce (y valora) el secreto de la infancia eterna.