Era increíble lo que aquella mujer conseguía hacer con él con solo una mirada... Solo deseaba tener el mismo efecto en ella, quería provocarle la misma pasión irrefrenable, el mismo deseo arrebatador que estaba volviéndolo loco. Lara creía que lo tenía todo bajo control, pero no sabía que él también sabía jugar...
Y jamás perdía.