El whisky y los analgésicos para unas heridas de bala no eran una buena combinación. Lucas tenía que acordarse de eso la próxima vez que le dispararan en el trabajo, lo cual podía ocurrir más pronto que tarde si el hermano de Molly, Joe, se enteraba de lo suyo. Lucas no podía creer que no recordara nada de su apasionada aventura con Molly, que era la mujer más fuerte, inteligente y atractiva que había conocido. Lo suficientemente fuerte como para patearle el trasero si descubría que él era el encargado de protegerla durante su primera investigación. Y lo suficientemente atractiva como para derretir su corazón helado.