Cuando el coronel Schwartz fue a recoger al nuevo doctor se llevó una incómoda sorpresa: en vez del hombre que esperaba, se encontró frente a una atractiva mujer de aspecto frágil. La presencia de una doctora joven y brillante en una aldea perdida del Congo era un misterio que el implacable militar, acostumbrado a no pasar nada por alto, estaba decidido a desentrañar.
Para Alexandra, África era un sueño cumplido y, al mismo tiempo, una huida hacia adelante. Le encantaba trabajar en el modesto dispensario; la única pega que le encontraba a su nueva existencia era la inquietante presencia del severo coronel Schwartz.
Desde el primer momento, el coronel se sintió poderosamente atraído hacia la doctora, una mujer generosa y volcada en su trabajo; pero, a pesar de las confusas emociones que el militar provocaba en ella, Alex no estaba dispuesta a dejarse llevar.
Sin embargo, en el exótico continente Africano las cosas tendían a descontrolarse con rapidez y el fuego abrasador que surgió entre ellos amenazaba con consumirlos a los dos.
Isabel Keats es una mujer normal y corriente a la que un día le dio por escribir. Madre de familia numerosa, tiene la suerte de contar con algo más valioso que el oro: tiempo libre, aunque no tanto como quisiera. Le gusta la novela romántica, le encantan los finales felices, así que, en resumen, escribe novela romántica porque en este momento de su vida es lo que más le apetece leer.
Isabel Keats —ganadora del Premio HQÑ digital con Empezar de nuevo, finalista del I Premio de Relato Corto Harlequín con su novela El protector y finalista también del III Certamen de novela romántica Vergara-RNR con Abraza mi oscuridad—, es el seudónimo tras el que se oculta una licenciada en Publicidad madrileña, casada y madre de tres niñas. A día de hoy ha publicado más de una docena de obras entre novelas y relatos, algunas de las cuales han sido traducidas al inglés, alemán, italiano, portugués y, próximamente, al francés.