El detalle sobresaliente del lienzo reside en que este tambiÃĐn aparece reproducido en el cuadro como parte de la colecciÃģn, de modo que el vertiginoso juego del cuadro dentro del cuadro, a su vez dentro del cuadro, se va repitiendo hasta que ÂŦEl gabinete de un aficionadoÂŧ ya solo es un puntito. Pero aÚn resultan mÃĄs maravillosas las transformaciones que se producen en los cuadros dentro del cuadro. AsÃ, de una reducciÃģn a otra, en un Longhi la piazza inicialmente vacÃa aparece de repente poblada de mÃĄscaras; de un paisaje marroquà desaparecen paulatinamente asnos, mujeres embozadas, luego un dromedario; un boxeador recibe, en un cuadro, un uppercut y en el Último yace derribado en la lona.
Y ocurre algo terrible: el tan admirado lienzo es objeto de un atentado; poco despuÃĐs muere Raffke, que es enterrado en la pose que adopta en el lienzo (sentado) junto con el cuadro...
Ensalzado como uno de los mÃĄs extraordinarios autores contemporÃĄneos desde la publicaciÃģn de La vida instrucciones de uso, Perec nos ofrece una obra maestra de humor y elegancia. Sorprendido y hechizado, el lector se pierde aquà como en una sala de espejos que refleja infinitas facetas, porque al igual que Heinrich KÞrz, el pintor, tambiÃĐn Perec, el escritor, no solo es un copista de primera fila, sino un prestidigitador y un maestro de la ilusiÃģn.
Georges Perec naciÃģ en ParÃs en 1938 y falleciÃģ en 1982. SociÃģlogo de formaciÃģn, colaborador de numerosas revistas literarias, obtuvo el premio Renaudot con su primera novela, Las cosas. Personalidad eclÃĐctica, fue ensayista, documentalista en neurofisiologÃa, dramaturgo, guionista de cine, poeta, experto en acrÃģsticos, crucigramas, lipogramas y anagramas, traductor y, last but not least, miembro fundamental del OuLiPo (Ouvroir de LittÃĐrature Potentielle), fundado por Raymond Queneau y el matemÃĄtico François Le Lionnais. Su obra monumental La vida instrucciones de uso ganÃģ el premio MÃĐdicis en 1978. En Anagrama se han publicado Las cosas, El secuestro, La vida instrucciones de uso, El gabinete de un aficionado y El Condotiero.Foto ÂĐ Anne de Brunhoff