Aunque había pedido repetidamente explicaciones, las personas que podían ayudarla no estaban dispuestas a hablar. Cheyenne anhelaba encontrar respuestas, pero sin tener siquiera una partida de nacimiento, no era fácil.
La situación se complicó aún más cuando su mejor amiga comenzó a sentirse atraída por el hombre del que ella estaba secretamente enamorada desde hacía años. Por el bien de Eve, decidió apartarse de su camino, y aterrizó en los brazos de Dylan Amos. Era la clase de hombre que Cheyenne se había prometido evitar... aunque, quizá, dejarle marchar fuera un error...