Ezra no dispone de demasiado tiempo para acostumbrarse a las normas que Callum le impone como alfa, o a la reacción de su cuerpo ante la actitud dominante de este, mientras trabaja afanosamente para el Centro de Control de Enfermedades en un intento de encontrar el origen de la epidemia que afecta a la comunidad de licántropos. Cuando la tensión sexual entre ambos termina por explotar, Ezra apenas tiene tiempo de disfrutarlo, porque una nueva amenaza se cierne sobre ellos. Alguien quiere utilizar a Ezra para sus propios fines oscuros y hará cualquier cosa para conseguirlo.