Así que cuando Ciara apareció en el umbral de su puerta para trabajar de niñera, el corazón endurecido del viudo volvió a latir con fuerza. Era la madre que había soñado para Carolina, pero su lado maternal no era todo lo que deseaba de ella. Se moría por compartir su cama una y otra vez. ¿Arriesgaría su alma para poder ganar la felicidad?