Al perder a su mujer, Subercasaux quedÃŗ solo en su rancho con sus dos criaturas, la mujercita de seis aÃąos y el varoncito de cinco, por lo que tuvo que aprender a hacer unas cuantas cosas. Por el tiempo cruzado de lluvias y sol, los piques se propagaron, causÃĄndole una infecciÃŗn en un dedo del pie, que hubiera podido superar con un poco de descanso, imposible en su situaciÃŗn. Necesitaba una sirvienta, y a pesar de su condiciÃŗn, y de las inclemencias del tiempo que los dejaron prÃĄcticamente sitiados, saliÃŗ con su canoa a buscar una muchacha, sin conseguirlo. Al dÃa siguiente despertÃŗ enfermo, con escalofrÃos, consecuencia de los esfuerzos del dÃa anterior, aunque, cosa rara, apenas le dolÃa el pie.